30.9.09

Dime si aceptas a los demás y te diré quién eres.


A C E P T A C I O N


Es muy común que dos personas se encuentren, se conozcan hasta enamorarse y, luego, se conviertan en esposos. No es difícil imaginar lo que pasó en ese breve, o a veces largo, muy largo, lapso de tiempo; se aceptaron mutuamente.


Nos damos cuenta que la aceptación es muy importante y que es un personaje que anda por las calles, caminos, carreteras, mares, espacios siderales y cibernéticos, así, nada más, esperando encontrar una puerta abierta para entrar y posesionarse del individuo hasta convertirse en alguien capaz de decidir y trazar su propio destino o futuro.


La aceptación es vieja, más allá de los calendarios y arrugas en el rostro y superficie de cualquier planeta; pero también es sabia y muy amable. Puede tener aspecto frágil, pero paso muy firme. Tarda en llegar pero tiene claros propósitos.


Sus ojos grises por la edad se han acoplado, más bien, con aquellos que la experiencia de la vida les ha amainado el paso y acelerado el juicio.


Además, esta buena amiga tiene una voz muy clara que se cuela en tus oídos y en tu alma, como la música a los enamorados del arte o del prójimo, para decirte al corazón: "Sábete aceptado" y canta conmigo la canción de la vida: "Si quiero en la vida amar, debo aprender a aceptar..."


Dime si aceptas a los demás y te diré quién eres.

Pregunte y se le contará. cahertal@yahoo.com.mx

Hasta la próxima.

P. Carlos Hernández Talavera, CSsR