30.11.13

¿HAY ALEGRÍA EN TU CASA?


UNIDOS POR EL AMOR

¿HAY ALEGRÍA EN TU CASA?
LA FAMILIA QUE VIVE LA ALEGRÍA
PAPA FRANCISCO

“Me gustaría hacer una pregunta hoy. Pero que cada uno la lleve en el corazón a su casa, ¡eh! Como una tarea a realizar. Y responda personalmente: ¿Hay alegría en tu casa? ¿Hay alegría en tu familia? Den ustedes la respuesta.

Queridas familias, ustedes lo saben bien: la verdadera alegría que se disfruta en familia no es algo superficial, no viene de las cosas, de las circunstancias favorables… la verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida. En el fondo de este sentimiento de alegría profunda está la presencia de Dios, la presencia de Dios en la familia, está su amor acogedor, misericor-dioso, respetuoso hacia todos. Y sobre todo, un amor paciente: la paciencia es una virtud de Dios y nos enseña, en familia, a tener este amor paciente, el uno por el otro. Tener paciencia entre nosotros. Amor paciente. Sólo Dios sabe crear la armonía de las diferencias. Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los indivi-dualismos, y se apaga la alegría. Por el contrario, la familia que vive la alegría de la fe la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.

Queridas familias, vivan siempre con fe y simplicidad, como la Sagrada Familia de Nazaret. ¡La alegría y la paz del Señor esté siempre con ustedes!”
Plaza de San Pedro, Domingo 27 de octubre de 2013



31.10.13

COMUNIDAD-FAMILIA




FAMILIA Y FE
UNIDOS POR EL AMOR


COMUNIDAD-FAMILIA
«La familia es una comunidad de vida
que tiene su propia consistencia autónoma»

“La familia es una "comunidad de personas". Y una comunidad es más que la suma de los individuos. Es el lugar donde se aprende a amar, el centro natural de la vida humana. Está formado por las caras de las personas que aman, que dialogan, que se sacrifican por los demás y defienden la vida, especialmente la de los más frágiles, los más débiles. Se puede decir, sin exagerar, que la familia es el motor del mundo y de la historia. Cada uno de nosotros construye su propia personalidad en la familia, creciendo con mamá y papá, hermanos y hermanas, respirando el calor de la casa. La familia es el lugar donde recibimos el nombre, es el lugar de los afectos, el espacio de la intimidad, donde se aprende el arte del diálogo y la comunicación interpersonal. En la familia, la persona toma conciencia de su propia dignidad, y sobre todo si la educación es cristiana, se aprende a reconocer la dignidad de cada persona humana, especialmente de los enfermos, débiles y marginados.

Todo esto es la comunidad-familia, que pide ser reconocida como tal, sobre todo hoy, que se hace vigente la protección de los derechos individuales. Y tenemos que defender el derecho de esta comunidad: la familia. Por esto, se hará bien en prestar especial atención a la Carta de los Derechos de la Familia, presentada hace treinta años, el 22 de octubre de 1983.”

PAPA FRANCISCO
Sala Clementina, viernes, 25 de octubre 2013


31.8.13

LA FE, PARA VALIENTES


LA FE, PARA VALIENTES


No abrazamos la fe por miedo, sino por AMOR
P. Juan José Ferrero de Paz


"En una asamblea, dialogaban sobre si es posible vivir sin fe. Había diversas opiniones entre los asistentes, aunque al final se llegaba a la conclusión que quien se ha encontrado en su vida con Dios, ya no puede vivir sin la fe, sin poner toda la confianza en Él.


Pero una mujer del grupo expresó la idea siguiente: “nosotros los cristianos tenemos suerte, pues tenemos dónde agarrarnos. Y los que no tienen fe, parece que son más valientes. ¿A dónde se agarran? Nosotros somos como más cobardes”. Volvía aparecer la teoría del guía turístico y que de una forma velada o no tanto se la he escuchado a muchas personas de fe.


“La fe no es para cobardes -encontró eco en otra mujer del grupo- la fe es para valientes, para personas que arriesgan mucho en la vida y que intentan vivir el mensaje de Jesús. Saber amar como Jesús ¿No es de valientes? Saber perdonar ¿No es de valientes?...”.

¡Qué razón tenía esta mujer! Muchas veces hemos concebido la fe o la creencia en Dios como un narcótico o droga que nos evade de la realidad y de nuestro compromiso cristiano; y nos cobijamos en la “fe” para disipar miedos o angustias, y por tanto podríamos decir que esa fe es muy interesada y no fecunda la vida."