Qué diferencia, hace unos días hablábamos de la amabilidad como un ente de poca edad, sin oportunidades para crecer y olvidado por muchos compatriotas. Hoy, la angustia está presente en todas partes: inseguridad, violencia, incertidumbre, muerte...
"Angustia" es el personaje, no solo de este mes sino de muchos siglos en la historia de la humanidad.
Y, ¿qué podemos decir de él? No tengo palabras para describir a " Angustia ", lo intentaré. Tiene un cuerpo retorcido, parece que estuviera inválida en una silla de ruedas, que siempre se quejara, a juzgar por su rostro retorcido. Siempre está en quejumbres y con sollozos ininteligibles. Palabra que se sufre al estar con ella.
Es muy confusa, siempre habla de esperanza y desesperanza. Tiene conflictos y no busca asesoría. Siempre está tensa y su lengua en apretujada posición.
Doña "Angustia" me da miedo. Su semblante lanza siempre el mensaje de ahogar a todo el que se atreva a pasar a su lado. Sin embargo, si atinas tú cansado viajero, a pasar y permanecer un poco cerca de ella, podrás vislumbrar la calidad de su alma. Hay en ella flechazos de adorable espíritu; y sentirás cómo tu mente se retuerce y tu lengua se traba.
Es tan especial pero no alcanza a aceptar la conciencia de esa exquisita esencia de su ser. Por ello es que muchos la buscan de manera inconsciente; pasan tardes con ella y destilan, juntos, descubrimientos y acuerdos desesperados. A pesar de mi esfuerzo, no tengo palabras para hablar apropiadamente de doña "Angustia".
¿La conoce Usted? Sería bueno que no. Y, si se ha topado con ella en su camino, olvídelo, relájese...
Hasta la próxima. Pregunte y se le contará.
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