30.4.12

DESFACHATEZ




Su única respuesta es: lo olvidé...

Queridos amigos:

Hoy, con toda la tranquilidad del mundo y sin llegar a la desfachatez, trato unas letras sobre esta actitud que, con mucha frecuencia, se ha vuelto doblemente inhumana; pues, en la medida que crece su uso y abuso, se vuelve contra quien la usa, en el entendido caso de que le resolverá su problema.

Desfachatez es la más pequeña de una enorme familia que, cuando contó hasta doce, empezó a perder la buena costumbre de manejar números, cuentas y estadística. Su única respuesta es: lo olvidé...

Sus hermanos y hermanas, de mayor a menor, son: Audacia, Intrepidez, Tenacidad, Valor, Coraje, Brío, Arrojo, Temple, Personalidad, Carácter, Tezón, Entereza, Responsabilidad, Fijeza, Nobleza y, no sé cuántos más. Todo iba tan bien hasta que, antes del nacimiento del hijo en turno, se acabaron los nombres bonitos. Así que, al que nació, se le bautizo así: Desfachatez. Y, si vieran cómo y cuánto se busca su amistad...

Hasta en las familias más nobles, ascéticas y de sangre color espíritu, se le reverencia;  pero, luego, nadie se acuerda.


Hasta la próxima.
Pregunte y se le contará.
cahertal@yahoo.com.mx


17.4.12

D E S D E N



Hola a todos.
Es verdad que la Pascua trae consigo una sobredosis de vida. Las siguientes líneas estaban sepultadas en el "canutillo" antiguo y, en merced de la liturgia, emergen del tintero para seguir trazando un leve esbozo de ideas; hoy continúo con ésta:

D E S D E N
Desdén era un anciano que vivía con un joven. Éste usaba un lente para autoafirmrse, como lo hacen los joyeros para cerciorarse de lo genuino de las joyas y los metales. Curiosamete, el joven le aprendía todo y en todo le imitaba. Ambos presumían de conocer a la perfección, el significado de la estadística, lo mismo que el de la montaña.
En sí mismos y entre los dos, había una gran contradicción. Su pelo era color plata y, su camisa, de blanca seda pero todo el atuendo restante, de colorido cuero.
Desdén consultaba a los demás e ignoraba las ideas que recibía. Nunca les faltó inteligencia pero se les retiró el sentido común.
Desdén y su doble ignorado vivían juntos y estaban más solos que la trama de 100 años literarios. En sus mentes no hubo sitio para el "posible" y vivieron la enfermedad desde el registro exacto que anotaban cada dia con raras piedrecillas de la montaña.
Se cuenta que el viejo desdén murió de "rancia neumonía" y, el aprendiz, de establcido desdén.
,,,,,,,,,,,,, A través de su potente lente, Desdén nunca vio...

Hasta la próxima.
Pregunte y se le contará.
cahertal@yahoo.com.mx