Al contemplar al recién nacido: Jesucristo, Sol que nace de lo alto, Sol de Justicia y Príncipe de la Paz; no hay actitud más acertada en los seres humanos, que la de agradecer a Dios la capacidad que tenemos de ser sensibles ante la delicadeza del Dios, Verbo, hecho carne, humanidad.
Tiene manos pequeñas y pañales casi transparentes; por eso, nada impide que todos le abracemos. A pesar de todo, es tan fuerte como el galopar del viento entre las nubes y, de igual manera, se dedica a rescatar gatitos que no pueden bajar del tejado o abandonar, de vuelta a su hogar, la copa de un árbol que fue apetitoso para escalarlo; pero, llega DELICADEZA y todo se soluciona. Luego, les encuentra un hogar a los patitos abandonados.
Ama las flores, pero no las arranca. Una vez me mandó una postal desde Palestina, se podía ver en ella; agua, pan, vino y camino.
Siempre es bienvenida a los hogares del corazón, lo malo es que no encuentra, a menudo, permanente invitación; y, más de alguno, le pide cuota a su hospedaje; disfraza la cuota en forma de planes y proyectos que nunca muestran avances en la vida y quedan reducidos, los resultados, a cifras y estadísticas. Visión desoladora e injusta, rompe el equilibrio y acaba con la armonía.
Cuando usa la cocina, prepara café. Nadie le hace caso y, más pocos, le agradecen.
En fin, todos o casi todos le hacen al "mago" y Delicadezalanguidece y está a punto de desaparecer.
Con gran temor y, antes de que llegue a suceder, deseo a quienes lean esto, delicadamente, FELIZ NAVIDAD.
Pregunten para que no se extinga nuestra DELICADEZA.
Ante la sociedad actual con su indiferencia a Dios y su elección de vacío, qué puede responder el ente social cuando se le pregunta: ¿Qué hace tus delicias?
Lo mismo en lo social como en lo particular o de familia. Y si se trata de una familia espiritual, también.
Deleite es muy inquieto, parece que anda sobre ruedas: en patín del diablo.
Cuando se inventaron los patines, Deleite fue el primero en dominarlos por completo; pero, después de un accidente, esquiando en las montañas, Deleite descubrió que el movimiento no es sólo físico. Se sentó en su silla de ruedas y se lanzó a un nuevo mundo.
Ahora, en su traqueteada bicicleta, Deleite parte de viaje a mover su mente y corazón de un lado a otro del continente. Solo, sí,pero convencido de que encontrará en regiones y subregiones, montones de gente maravillosa en camino. Ojalá que les aprenda algo.
Sabe que en todo pueblo, ciudad o provincia existe algún "voyado" al ciclismo del corazón o, cuando menos, al patinaje.
Pero, a él, lo que le apetece es ignorar los medios modernos que superan los recursos de la modernidad y llegan hasta los confines de la Provincia.
Y, de la Provincia, algún día llegará hasta el corazón del hermano.
Es un personaje huesudo, vive en todas partes. Adora la oscura humedad y duda de su hogar, no sabe por qué. Siempre se refiere a los demás.
Cada vez que te encuentres con ella serás señalado con su huesudo dedo. Siempre busca apuntar en dirección contraria a ella misma.
Grita cruelmente sin dificultad pero prefiere hacerlo en sigilo, entre penumbras, con intrigas... Recuerdas o encuentras alguna semejanza de esto en tu familia, ciudad, pueblo o provincia? Piénsalo muy bien porque puede ser que tú mismo tengas la culpa de lo que, posteriormente, vas a emitir lánguidas o chapeteadas lamentaciones.
Revolotea detrás de una sonrisa y palabras correctas y educadas; ahora se dice: "diplomacia". Culpa parece murmurar tu error: " deberías... Tendrías que haber hecho... No hubieras... Su mensaje parece deslizarse hacia ti en el tenue haz de luz de su mirada torva.
Culpa incide como una soldadura sobre un fierro o metal. Nadie la invita pero aparece..." Uds. tienen la culpa por haber preferido en el gobierno tal o cual corriente de simpatía; es tan solo un ejemplo.
Luego te marca y se queda entre las hendiduras de tu corazón. Endurece las arterias del espíritu, lo imposibilita y se hace costumbre.
Si los que son señalados por la Culpa, fueran sensibles...Qué bella humanidad consagrada a la fraternidad y no a la vejación.
Hoy quiero empezar con la certeza de saber que la tatatarabuela llamada CRÍTICA, no viene.
Verdad que es muy vieja? Sin embargo, tiene una vitalidad de quinceañera.
Pero, hay muchos motivos para que no asista a la conjunción de ideas, análisis y juicios que, a diario y en múltiples momentos, ocurren a la estación de los viajes cerebrales; sin embargo, también los hay para su presencia. Recuerdas algún motivo de última hora o micra de tiempo? Son respuestas personales.
Su rostro es de bruja de historietas; y, su cuerpo, de atractiva quinceañera. Pero no da miedo. Será porque nadie la puede predecir. Hagas lo que hagas o elijas a quien elijas, lo único seguro es que no a todos les darás gusto. Ahí es donde puede venir el huracán de la pasión o la niebla de su brujilidad.
Aún hay mucho que decir de ella pero podemos poner punto final con la expresión siguiente; Cuando se siente a gusto, puede parecer asombrosamente sabia y echar un capote a una o dos personas por lo menos, ¡Qué inocente pensar así! Pero, si se encuentra triste o enfadada por algo, puedes ponerte a temblar.
Últimamente dijiste: elección, votación, manipulación y gobernación tras bambalinas..... puedes, si quieres, temblar. Pero no es necesario.
Reanudamos nuestra tarea con este término: Consejo.
No sólo es asesorar, es algo más. Asesoramiento es sólo una de las piezas que Consejo implica.
Consejo es fantástico hablando y monumental callando. Y, siendo tan grande, también es, en grado superlativo, ignorado. Cuando se quiere levantar en favor de alguien que ha caído, muchas veces provoca hasta guerras íntimas e internas.
Después de tumbos y desalientos, recibe las lágrimas con respeto. Su fuerza para creer en el hoy, reside en la experiencia de los muchos ayeres.
Sus amigos son el silencio y la humildad; a ellas les pregunta por el bien del de enfrente, no por el suyo.
Consejo siempre nos evoca el pasado y nos invita a formular, en nuestra mente interior, el buen juicio que caracteriza a los constructores de aciertos; y, cuando hemos construido proyectos bien fundados, nos presenta a una de sus mejores amistades: La Esperanza. Entonces... ¡Qué bien se está entre las dos!
Hola amigos, espero que no estén en la lista de los condenados; y conste que no es la guardería tan hermosa de una ciudad que, sin ser "hermosita", se llama y le dicen: Hermosillo.
" Condena" es de hierro bien forjado y tiene inmejorables credenciales, pero, la mayoría de sus conocidos la encuentra un tanto excéntrica. Ella lo admite: tiene gustos extraños e injustos.
Busca a los desarrapados de la sociedad y les promete bienestar para resolver sus problemas de por vida y, como resultado, al poco tiempo todos sus seguidores o, la mayoría, aparecen decapitados, incinerados, masacrados, asesinados, etc. como los de " ayer", recuerdan? Y, eso que estaban dentro de la misma condena carcelaria y bajo la protección de barrotes de hierro forjado; todo a tono para que se fuera sucediendo la "condena".
De entre todas las verduras, sus preferidas son las coles de Bruselas y, éstas, acompañadas con un poco de "achis" de la sierra; cualquier sierra. Adora las novelas de misterio pero nunca lee el capítulo final porque ya sabe en qué terminará todo. Mientras tanto, sale del rincón para ver si puede saltear el orden de los que se encontrarán con la majestuosa "condena"; pero, es inútil y termina arrinconada su vida como si fuera una más de las tantas novelas que forman parte de su colección en la vida de los que fueron llamados por el destino, fino caballero de "condena".
Doce, algunos dicen, es un número místico. Será posible? Pero yo, "sociedad" he tratado con ella doce por doce veces doce.
Tengo la certeza de que llagará tarde y, no obstante, lo mando porque también tengo la certeza de que el hombre es un gran enemigo para la naturaleza.
No tardará la respuesta: La flora del planeta ya no responderá a su tarea de proteger a la humanidad y se volverá una agresión a la integridad humana.
Esto lo digo porque la "Certeza" es toda ella, una dama.
Así, vendrán otras muchas certezas que nos confundirán si es que no empezamos a negociar con esa bella dama "Certeza"; ella sabe el camino que conduce al ser humano hasta la meta de la supervivencia.
Y, así es en todos los campos: Familia, Sociedad y Religión.
Con toda "Certeza", estamos invitados a la reflexión. No cree Ud.?
Por muchos motivos hay mucha belleza y, por otros tantos, es la misma que se desconoce.
Seguimos avanzando en el tiempo Pascual y, como en otros años, la belleza de la vida del Resucitado nos envuelve; sin embargo, lo que está ocurriendo alrededor del mundo, se empeña por crear la borrasca y contradecir, así, los frutos de la nueva vida: belleza, gracia y paz.
La belleza vive en una habitación con paredes de espejo y techo de algodón. Es maravilloso el diseño pero, poco a poco, se hace opresivo.
Luz solar y sombra vespertina opacan su figura y, en cada esquina, se siente desintegrar por la detonación incontrolada de la violencia y el humo de mil hojarascas en consumo que no termina.
En ocasiones prescinde de las luminarias y se pierde en la penumbra y con la complicidad de una luz de vela mortecina. Los espejos que la multiplican sucumben ante los estallidos del grito polvoroso de las granadas negras.
Ya no le quedan ganas de contemplarse porque la realidad se ha transformado por los olvidos de moral y costumbre, así que, se contenta con asomarse de cuando en cuando y como a "hurtadillas" para ver cómo se ve, a lo lejos, y... muy a lo lejos... la "B" grande de su nombre.
Que los cristianos del mañana, recobren las letras de la belleza.
Hasta la próxima.
Pregunte y se le contará.
cahertal@yahoo.com.mx
LOS HIJOS
¿PROPIEDAD O MISIÓN?
aciprensa.com
Por Fernando Pascual - fpa@arcol.org
Estamos acostumbrados a hablar de los hijos como si se tratase de algo propio, de una “posesión”. Tenemos un coche, tenemos una casa, tenemos un libro, tenemos un perro y... “tenemos cuatro hijos”.
Gracias a Dios, el coche no va a exigir sus derechos, ni va a gritar que no nos quiere. Si no arranca, lo llevamos al taller. Si después de dos semanas de arreglos no funciona, lo vendemos al chatarrero. En cambio, si el niño “no arranca” en la escuela...
Es cierto que los niños nacen dentro de una familia, por lo que resulta natural que la familia asuma la responsabilidad de esa vida que empieza. Pero el niño tiene un corazón, un alma, y eso no es propiedad de nadie. La filosofía nos enseña que el alma, lo más profundo de cada uno, no puede venir de los padres, sino que viene de Dios. Los padres dan a su hijo el permiso para la vida y asumen la hermosa tarea de ayudarle, pero no pueden dominarlo como al coche o al perro.
Entonces, ¿cuál es la actitud más correcta ante el hijo que hoy “camina” a gatas por el pasillo y que pronto empezará a darse coscorrones en la cabeza? ¿Le dejamos hacer lo que quiera? Este era el sueño de Rousseau con su “creatura”, Emilio. No hace falta ser un gran psicólogo para comprender que el niño ideal de Rousseau llegaría a la juventud sólo por obra de un milagro... La realidad es que los padres están llamados a dar una formación profunda, correcta, clara, a sus hijos.
Primero enseñamos al niño normas de “seguridad”: no asomarse por la ventana, no meterse en la boca objetos peligrosos, no tocar animales extraños. Después, la búsqueda de la salud nos hace pedirle que tenga las manos limpias, que no se llene el estómago con caprichos, que no se rasque las heridas...
Simultáneamente enseñamos al hijo a hablar. Sus ojos cada día brillan de un modo distinto, y pronto su mundo interior, su corazón, se nos abre no sólo con las miradas, las manos y la sonrisa, sino con esas primeras y temblorosas palabras que empieza a decir con la confianza de ser acogido. Los padres que escuchan por vez primera “mamá”, “papá”, sienten muchas veces un vuelco en el corazón. El niño crece, y habla, y habla, y habla... Cuando ya ha aprendido un vocabulario básico, impresiona por su hambre de saber, de comunicar, de decir que nos quiere, o que ha dibujado un avión, o que ha visto una lagartija, o que acaba de encontrar un amigo de su edad...
Alguno podría pensar que la misión de los padres termina aquí, y que el resto le toca a la escuela. Sin embargo, el hijo todavía tiene que aprender detalles de educación que van mucho más allá de las normas de supervivencia o del usar bien las palabras del propio idioma. Dar las gracias, pedir permiso, saludar a un maestro, prestarle un juguete al amigo, hacer los deberes en vez de contemplar lo que pasan por la tele...
La educación moral es uno de los grandes retos de toda la vida familiar. La mayor alegría que pueden sentir unos padres es ver que sus hijos son, realmente, buenos ciudadanos. El dolor de cualquier padre es darse cuenta de que su hijo hace lo que quiere y que empieza a engañar a los maestros, a robar del monedero de mamá, a golpear a los compañeros o hermanos más pequeños, e, incluso, a levantar la voz en casa contra sus mismos padres...
San Agustín se quejaba de que sus educadores le regañaban más por un error de ortografía que por una falta de comportamiento. La queja tiene una triste actualidad en quienes se preocupan más por el 10 de sus hijos en inglés que por la pornografía que vean en internet o por las primeras drogas que puedan tomar con los amigos. Si somos sinceros, es mucho mejor tener un hijo agradecido y bueno, aunque no sepa alta matemática, en vez de tener un hijo ingeniero que ni siquiera es capaz de interesarse por lo que les ocurra a sus padres ancianos...
Los hijos no son propiedad de nadie, ni de la familia, ni de la escuela, ni del Estado. Pero todos, especialmente en casa, estamos llamados a ayudar a los niños y adolescentes a crecer en su vida como buenos ciudadanos y como hombres de bien. Esa es la misión que reciben los padres cuando inicia el embarazo de cada niño. Quienes hemos tenido la dicha de tener unos padres que nos han ayudado a respetar a los demás, a amar a Dios y a vivir de un modo honesto y justo, nunca seremos capaces de darles las gracias como se merecen. Quienes no han tenido esta dicha... pueden, al menos, preguntar cómo se puede enseñar a los hijos a ser, de verdad, buenos, no sólo en la formación científica, sino en los principios éticos más elevados.
Esa es la misión que reciben los esposos cuando su amor culmina en la llegada de un hijo. Cumplirla puede ser difícil, pero la alegría de un hijo bueno no se puede comprar ni con todo el dinero del Banco Mundial…
No entraremos en polémica alguna para distinguir a una de la otra. Cuando nos referimos a la realeza de la autenticidad, no falta alguien que, por afición o ignorancia, empieza a cuestionar: Qué es una y qué es otra? Pues, la otra es Sinceridad; más, como no permitiremos polémica, volvamos la mirada mental a la " reina ", que ya llega. Aquí, su majestad "Autenticidad". Todos, por favor, inclinemos levemente nuestra frente a su paso.
Ella sabe muy bien cuál es la talla que mejor queda a cada uno de los habitantes de su reino, y lo dice con toda firmeza y verdad. En las cocinas de sus súbditos, sabe el tipo de olla para cada platillo a preparar: días ordinarios, fiesta de segunda, primera y de gran gala. Por supuesto, también, los detalles más mínimos pero de gran importancia como, por ejemplo, la clase de zapatillas que han de llevar las princesas en las fiestas de gran gala y trascendencia para los reinos; o, en los días más ordinarios, los mejores zapatos de descanso para ellos y ellas, al final de un pegajoso jornal veraniego.
Claro está, es necesaria la presencia de esta sensata soberana para que su reino no atine a la manga ancha y corra todo riesgo que lo lleve a la inmoralidad social y decadencia histórica y religiosa.
Seamos reino auténtico que va a toda prisa en pos de la recuperación de nuestra soberana, Últimamente se ha visto muy afectada por las envidias de intrusos que, abusando de la buena fe de la soberana "Autenticidad", se ha entregado a la tarea de confundir su reino con intrigas y falsas promesas.
Regresa y asesórate con la soberana- Ella conoce muy bien a todos y cada uno de los que habitan su reino y, de seguro, te aconsejará muy bien cuando quieras dar un regalo a alguno de los que amas. Por favor, acuérdate de lo que pasó aquella vez que cambiaste un abrazo por unos patines para tus hijos, y muchas otras decisiones que tomaste sin asesoría.