Sensibles ante la "delicadeza" de Dios
Al contemplar al recién nacido: Jesucristo, Sol que nace de lo alto, Sol de Justicia y Príncipe de la Paz; no hay actitud más acertada en los seres humanos, que la de agradecer a Dios la capacidad que tenemos de ser sensibles ante la delicadeza del Dios, Verbo, hecho carne, humanidad.
Tiene manos pequeñas y pañales casi transparentes; por eso, nada impide que todos le abracemos. A pesar de todo, es tan fuerte como el galopar del viento entre las nubes y, de igual manera, se dedica a rescatar gatitos que no pueden bajar del tejado o abandonar, de vuelta a su hogar, la copa de un árbol que fue apetitoso para escalarlo; pero, llega DELICADEZA y todo se soluciona. Luego, les encuentra un hogar a los patitos abandonados.
Ama las flores, pero no las arranca. Una vez me mandó una postal desde Palestina, se podía ver en ella; agua, pan, vino y camino.
Siempre es bienvenida a los hogares del corazón, lo malo es que no encuentra, a menudo, permanente invitación; y, más de alguno, le pide cuota a su hospedaje; disfraza la cuota en forma de planes y proyectos que nunca muestran avances en la vida y quedan reducidos, los resultados, a cifras y estadísticas. Visión desoladora e injusta, rompe el equilibrio y acaba con la armonía.
Cuando usa la cocina, prepara café. Nadie le hace caso y, más pocos, le agradecen.
En fin, todos o casi todos le hacen al "mago" y Delicadeza languidece y está a punto de desaparecer.
Con gran temor y, antes de que llegue a suceder, deseo a quienes lean esto, delicadamente, FELIZ NAVIDAD.
Pregunten para que no se extinga nuestra DELICADEZA.
cahertal@yahoo.com.mx
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