Su única respuesta es: lo olvidé...
Queridos amigos:
Hoy, con toda la tranquilidad del mundo y sin llegar a la
desfachatez, trato unas letras sobre esta actitud que, con mucha frecuencia, se
ha vuelto doblemente inhumana; pues, en la medida que crece su uso y abuso, se
vuelve contra quien la usa, en el entendido caso de que le resolverá su
problema.
Desfachatez es la más pequeña de una enorme familia que,
cuando contó hasta doce, empezó a perder la buena costumbre de manejar números,
cuentas y estadística. Su única respuesta es: lo olvidé...
Sus hermanos y hermanas, de mayor a menor, son: Audacia,
Intrepidez, Tenacidad, Valor, Coraje, Brío, Arrojo, Temple, Personalidad,
Carácter, Tezón, Entereza, Responsabilidad, Fijeza, Nobleza y, no sé cuántos
más. Todo iba tan bien hasta que, antes del nacimiento del hijo en turno, se
acabaron los nombres bonitos. Así que, al que nació, se le bautizo así:
Desfachatez. Y, si vieran cómo y cuánto se busca su amistad...
Hasta en las familias más nobles, ascéticas y de sangre color
espíritu, se le reverencia; pero, luego,
nadie se acuerda.
Hasta la próxima.
Pregunte y se le contará.
cahertal@yahoo.com.mx