ABRAMOS A TODOS
LAS PUERTAS
DE NUESTRO CORAZÓN
“Queridos amigos, abran los ojos y miren en torno a ustedes.
Hay muchos jóvenes que han perdido el sentido de su existencia. ¡Vayan! Cristo
también los necesita. Déjense llevar por su amor, sean instrumentos de este
amor inmenso, para que llegue a todos, especialmente a los que están «lejos».
Algunos están lejos geográficamente, mientras que otros están lejos porque su
cultura no deja espacio a Dios; algunos aún no han acogido personalmente el
Evangelio, otros, en cambio, a pesar de haberlo recibido, viven como si Dios no
existiese. Abramos a todos las puertas de nuestro corazón; intentemos entrar en
diálogo con ellos, con sencillez y respeto mutuo. Este diálogo, si es vivido
con verdadera amistad, dará fruto. Los «pueblos» a los que hemos sido enviados
no son sólo los demás países del mundo, sino también los diferentes ámbitos de
la vida: las familias, los barrios, los ambientes de estudio o trabajo, los
grupos de amigos y los lugares de ocio. El anuncio gozoso del Evangelio está
destinado a todos los ambientes de nuestra vida, sin exclusión.”
DEL MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XXVIII JORNADA MUNDIAL
DE LA JUVENTUD 2013
Firmes
en la fe
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